¿Qué es tu prioridad?

Deuteronomio 13:1-4

Cuando en medio de ti aparezca algún profeta o visionario, y anuncie algún prodigio o señal milagrosa, si esa señal o prodigio se cumple y él te dice: “Vayamos a rendir culto a otros dioses”, dioses que no has conocido, no prestes atención a las palabras de ese profeta o visionario. El SEÑOR tu Dios te estará probando para saber si lo amas con todo el corazón y con toda el alma. Solamente al SEÑOR tu Dios debes seguir y rendir culto. Cumple sus mandamientos y obedécelo; sírvele y permanece fiel a él.

Este pasaje está dirigiéndonos a la cosa de primera importancia en la vida, nuestra única prioridad. ¿Qué es?

Lealtad al SEÑOR nuestro Dios.

Por esto, versículo 3 repite el mandato del SHEMA que se encuentra en capítulo 6:4-6, “para ver si amas al SENOR tu DIOS con todo tu corazón y toda tu alma.” Lealtad al SEÑOR tu Dios.  

Moisés menciona algunas amenazas que pueden apartarnos de esta prioridad en la vida. Si alguien se cae en la prueba y abandona a Dios, es porque el SEÑOR no fue puesto como su enfoque singular, su prioridad en la vida. Si Jesucristo no sea tu Alfa y Omega, tu propósito y tu gran fin, tu razón para levantarte en la mañana y tu consuelo a acostarte en la noche, entonces, tu corazón va estar divido y no vas a poder endurar las pruebas que menciona Moisés en este capítulo.  

Por esto, quiero que meditemos en nuestro SENOR Cristo Jesús. Porque el simple reconocer las amenazas y prepárate para ellas no es suficiente. Necesitas conocer a Jesús personalmente; necesitas su perdón y su protección; necesitas estar unido con Cristo. 

Jesús seguía el SHEMA toda su vida, su lealtad a su Padre fue su cosa de primera importancia, su única prioridad. Todo lo que hizo fue sujetado y alineado con lealtad a su Padre Dios.

Según Hebreos 10 Jesús dijo, “HE AQUÍ, YO HE VENIDO PARA HACER, OH DIOS, TU VOLUNTAD.” Y aun en el momento más difícil, cuando estaba tentado a abandonar su Padre en el jardín de Getsemaní para salvar su propia vida, dijo, “Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras.” (Mat 26:39 LBA). Pero después de una vida de lealtad perfecta, la humanidad trató al Hijo de Dios como si fuera un profeta falso entrando de afuera. Es muy probable que los judíos religiosos pensaron de Deuteronomio 13 para justificarse de su juzgada de Cristo.

Jesús hizo varias señales milagrosas, pero ¿que fue su mensaje? ¿Estaba diciendo a sus hermanos judíos, “Vayamos a rendir culto a otros dioses”? No, pero si estaba revelando algo grande y difícil para ellos tragar.

Les decía que el Dios que supuestamente alababan, estaba en medio de ellos, y que deshonrar al Hijo es igual a deshonrar al Padre. Pero como Juan dice, “En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de Él, y el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.” (Juan 1:10-11).

Pero en contraste con nosotros del mundo, Jesús siguió fiel a su Padre a pesar de las tentaciones del profeta falso, Satanás, a pesar de sus propios hermanos rechazándolo, a pesar de su amigo cercano que le traicionó, y a pesar del rechazo de la comunidad judía y todos los seres humanos. Las buenas noticias son que Jesús no solo obedeció para sí mismo, sino “fue entregado por causa de nuestras transgresiones y resucitado por causa de nuestra justificación.” Lo hizo por nosotros, lo hizo por ti.

Y con la fe sola en Cristo puedes estar reconciliado con Dios, porque el recibió el castigo por tu rebelión y te justifica con su vindicación de entre los muertos como el gran profeta del SENOR, el Hijo de Dios, y el Justo que justifica a los impíos. Confías en él y serás salvo. 

Amen.  

Taylor Kern